viernes, 11 de abril de 2008

Cinthya Scotch y la mandarina ridícula (Resumen)

Para mis compañeros de Avellaneda, y también para aquellos que me tratan de usted o me dicen señor (qué viejo que estoy, por Dios!), les dejo esto. El resto de los simples mortales como yo también puede disfrutar de tan delicioso texto de Ricardo Mariño, aunque nada se compara con las andanzas de Juan por el cluny o en el Polidor, con ese tan exquisito caballo sangriento.

Cinthia Scotch era una chica de diez años que le gustaba comer mandarinas. Un día salió a pasear a un lugar que nunca había ido. Allí encontró una planta de mandarina, arrancó una y por el camino se comió el primer gajo, pero no se dio cuenta de que era una "mandarina ridícula". Por morder el primer gajo se quedó pelada, después mordió el segundo gajo y su cabeza quedó como la copa de un árbol.
Luego se convirtió en un reloj despertador desarmado y la mandarina le dijo: -por comerte el tercer gajo te convertiste en un reloj despertador desarmado.
Comió el último gajo y se convirtió en cebra. Un campesino se acercó y vio un gajo de mandarina y se lo comió, entonces se convirtió en ganso, florero, luego en pescador, en viento Sur, lluvia de abril y en enanito de cemento; el nunca pensó que le iba a pasar esto.
Cinthia Scotch y el campesino volvieron a ser como antes. Cinthia Scotch pensó que había cosas más divertidas que ver televisión y estudiar la tabla del 9.

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